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Armonia musical | Capitulo 3 | Max Tibion en la Alabanza

Uno de los mayores temores de nuestro hermano Max Tibión es ser aburrido para los demás. Eso es algo que nunca permitiría que le pase. Por eso siempre es el gracioso, el divertido, el que no se calla y tiene algo que decir. Nunca lo verás siendo espectador de uno que toque la guitarra; más bien él será siempre el que esté tocando la guitarra rodeado de fanáticos. Es decir, al hermano Max le gusta ser adulado, reverenciado y, por sobre todo, aceptado. Difícil seria verlo pasar desapercibido, o solitario por los rincones sin hablar y mostrar sus habilidades. Si esto fuera así, probabilidades altas hay que esta planeando llamar la atención de hermanas románticamente protectoras, o que de verdad alguna transformación muy seria le esté pasando. En ese caso, conviene citar con fe Jeremías 32:27. Por eso, cuando él llega, y siempre llega con su guitarra, se pone al corriente de la situación y empieza rápidamente. si se encuentra con los hermanos ancianos, vuelve a las notas básicas y les toca coritos bien antiguos. Hay que darles una alegría a estos muchachos del ayer. Si cerca a su posición esta alguno de los pastores o familia pastoral, toca uno de las preferidas del pastor oyente o canta algunos versos de su nueva creación. Eso si, bien espiritual y con letra de fuego.


Ya si tiene la suerte de rodearse de jóvenes de la iglesia, se relaja y comienza con las canciones de las bandas cristianas rockeras pues. Justamente esas que te vinieron a la mente cuando escribí rockeras y que yo no quiero mencionar. Como les encanta eso a los jovencitos. Porque la música juvenil tiene que ser rítmica, si es lenta ya no califica para juvenil. Excepción a esta regla son las canciones románticas de amor, de amor a Dios claro. Tú entiendes. Los hermanos y hermanas que se unen al concierto improvisado van pidiendo sus canciones favoritas, y nuestro artista Max Tibión los complace con alegría. Es un capo. Mantiene la emoción siempre activa, y cuando discierne que el interés disminuye y los espectadores ya piensan abandonar el lugar, cambia de canción para que los fanáticos no lo abandonen. En especial las hermanas, a ellas las trata con mucha atención y cariño. Por otro lado, si se encuentra con su líder, ya no saca la guitarra de su empaque. Es innecesario, su líder no viene a escucharlo como los demás, seguro quiere hablar cosas serias con él. Asimismo, si se encuentra con niños, ni loco exhibe su guitarra porque peligraría su integridad. Aunque la cosa cambia si una hermana linda se lo pide o, en su defecto, hermanas lindas lo estan viendo. Si son de las feas o alguna Lea le pide el favor, es más probable que diga no o que esta apurado. Ay este hermano Max Tibión, tiene su manual y sus reglas. Se basa en la Palabra, nos cuenta.


Pero la cereza del pastel es cuando se encuentra únicamente con hermanas, o como secretamente las nombran el y la banda de la iglesia: “las chicas”. En ese espacio de tiempo y lugar es cuando se convierte, o mejor dicho, se da a conocer de verdad. Se acomoda coquetamente el cabello una y otra vez, con la excusa de que se despeina. Tiene frases dulces y tratos muy cariñosos. Entona mejor que nunca y su sapiencia musical crece exponencialmente. Se rie con delicadeza, procurando exhibir a las observadoras su bonita sonrisa. La voz exaltada y rebelde con la que normalmente contesta a su padre desaparece y lo reemplaza por un susurro melodioso. Promete y repromete clases de guitarra a sus fanáticas y va cantando algunas de las canciones cristianas que a ellas les gusta. La sesión esta siempre llena de emociones, pero cuando detecta alguna miradita de deseo o enamoramiento de alguna de su público, sus estrategias coquetas y risueñas se disparan hasta picos inigualables. Ya ni contarte si esa mirada es de lujuria, porque ahí si el corazón de nuestro hermano Max Tibión explota como bomba nuclear. Cuestión que a veces pasa porque el público no solo se compone de las mismas chicas de siempre, sino también de nuevas, invitadas, no convertidas, mundanas, etc.


Sin embargo, nada de estas sensaciones se compara al sentido cuando se encuentra presente la hermana Timotea Momucho. ¡ay la hermana Timotea! ¡Por qué es tan linda! Tiene un rostro tan bello, parece de una bebe. Tan frágil y tan fuerte a la vez. Es la hija del diácono principal y la más popular entre las chicas y las hermanas. Un desafío completo para cualquier caballero enamorado. Una delicia prohibida por Dios. ¡como no amarla! Además es buena, amable, virtuosa, algo seria, inteligente, genial, única. Y esos ojos, ¡ay cuando te miran esos sus ojos! Tan suplicantes de amor, te atrapan como una alucinación, caes rendido en un sueño. Que te dirija la palabra ya es una recompensa, aun más cuando se rie de algo gracioso que hiciste o dijiste. ¡Imagínate si se acerca a escucharte tocar y cantar! Ella premia con atención a sus pretendientes enamorados y es un ente angelical que ninguna puerta le cierra la entrada a donde ella quiere entrar y estar. Eso lo sabe bien los muchachos y la iglesia entera. Y pues ahora se acerca lentamente hacia el lugar donde esta Max, va a ser un encuentro casual. Ella va hablando con una amiga de cosas importantes, parecido a lo que el Maestro hablaba con sus discípulos, del nuevo tinte de cabello para comprar y lucir, y de repente escucha unas cuerdas metálicas y una voz singular. Es Max, si, es nuestro querido hermano Max Tibión. ¿Qué esperas para enamorarte Timotea? ¡Es el hombre ideal para ti! ¡Es el siervo que Dios quiere para tu vida!


Max acaba de notar que ha conseguido la primera atención de Timotea, se hace el desentendido y continua. Ella se acerca, escucha un poco el concierto improvisado y luego hace su pedido musical. Una canción romántica mundana, una de moda, a lo que el hermano Max acepta con gusto. ¿Cómo no complacer a Timotea? El consagrado siervo, cambia las notas, no tiene que hacer mucho esfuerzo mental porque todos los acordes se los sabe muy bien, además la letra la tiene muy bien aprendida y entonces empieza. Las jovencitas explotan de emoción, le siguen la canción. La misma Timotea Momucho sonríe mientras canta un poco. Max se siente el rey del mundo. Las canciones cristianas le dan aceptación, pero no tanto como las mundanas. Por eso es bueno ser versátil. ¡y que genial que él lo sea! Esa versatilidad musical, ese carácter polifacético le hace ser mas popular. Y eso le encanta. ¿Qué Max está en pecado? ¡cómo te atreves a decir eso, legalista! El solo esta tocando una canción popular inofensiva y sin ninguna replica diabólica o carnal. Solo es una musiquita, que además a todos les gusta. Y por si fuera poco, ahí presente, en el publico oyente, están hijos de pastores, hermanos, siervos, profetas, apóstoles, reverendos y demás, sin nombrar claro, a la excelentísima Timotea, y todas esas personas avalan y autorizan la exposición de esa música. Y no hagas tanto drama, nadie va a cambiar por eso. Todos son muy espirituales ahí. Con decirte que el hermano Max, esta noche, tiene ministración en el culto.


El hermanito canta una canción mundana, con una letra mas mundana que el propio Belsebú, luego otra y después otra. A continuación, canta una cristiana de adoración, luego una juvenil, y luego una canción pop de moda. Ya luego, el versátil Max va alternando, una canción mundana seguida de una cristiana. Agarra todos los ritmos, busca las notas apropiadas para el tono de voz de sus coristas emocionadas, afina y afina, se acomoda el cabello cada 5 segundos, pide agua para su voz, hace chistes, coquetea públicamente con Timotea, se divierte y es divertido para todas. Es talentoso el muchacho, tiene una maña única y por eso las chicas lo aclaman, Timotea sonríe encantada. El hermano Max es consciente de lo que está haciendo, y encima de donde lo está haciendo. Pero no es la primera vez. Es lo que comúnmente pasa. Y esto dentro de la iglesia, después del culto, detrás de las oficinas de la iglesia, afuera del templo, en el patio, en el estacionamiento, en el parquesito cerca del templo, en donde sea que fuera posible ser adulado y aceptado. Sin embargo, luego de un extenso recopilatorio musical, las chicas quieren ahora también tocar la guitarra. Él las ayuda sin dudar, les posiciona los dedos en las cuerdas, se acerca mas para corregirlas, aprovecha para mirar el tamaño de sus senos, sonríe complacido, les dicta las notas y sus efectos. Es el rey de la fiesta. Es el lobo feroz y estas son sus ovejitas, si viene algún otro hermano y quiere robarse a alguna de ellas, se pone bravo, pero si el jovencito entrometido viene solo a quedarse callado, entonces lo tolera, pero siempre con alerta porque otro hombre es un peligro para su momento de gloria, adulación, cariño y aceptación.


¿Preguntas si alguien se indigna o se incomoda porque el ministro de alabanza está cantando canciones mundanas? Eh… no, nadie. Que yo sepa nadie se incomoda siquiera, porque aquello es muy normal entre los jovencitos cristianos, es parte de ser jóvenes. Ya de viejos nos pondremos santos, ahora de jóvenes todavía es permitido estas licencias. A todos los de la iglesia les parece muy normal esa actividad, no atenta contra la santidad sino, mas bien denunciarla, ya es legalismo. Además “hay libertad en la casa de Dios”, asi que cantar canciones del mundo no ofende a Dios o aleja de El. No seas dramático. Ni la letra mundana ni el ritmo mundana, nada de esto es importante, porque luego nuestro hermano Max Tibion subirá al pulpito a realizar la ministración del espíritu, y eso confirma que cantar esas músicas no le afectó en lo absoluto ni le quitó espiritualidad. Por esa razón nuestro hermano Max Tibion toca y enseña canciones del mundo, y lo hace a sus anchas, aun delante de los pastores, quienes toman con risa aquella situación. Y esa risita cómplice de sus propios líderes, pues terminan por autorizarle, de alguna u otra manera, a que siga haciendo lo mismo, porque no hay ningún problema.


Enumeremos pues la cosas positivas: los pastores de la iglesia se lo permiten, a las hermanas les encanta, a Timotea la enamora, a la iglesia en general no le importa, hacer eso no le ha quitado sus privilegios de subir al pulpito, consigue más popularidad, le sirve para ligar citas y corazones, puede exponer sus talentos, practica en público las canciones que le gustan de su bandas preferidas, encuentra a otras personas con sus gustos musicales, se hace más amigo, le funciona como un método muy efectivo de aceptación, una vacuna contra el hecho de ser aburrido y serio. ¡Cuánto privilegio y éxito con tan solo tocar músicas mundanas! ¿Qué esperas tú para seguir su ejemplo? Sin embargo, hay una cuestión que a nuestro hermano Max Tibión le disgusta. Sucede que en el grupo de alabanza, no hace mucho, se ha incorporado un nuevo ministro. Es un muchachito medio torpe, que viste siempre como ancianito, con la corbatita y la camisa por dentro del pantalón. Es conocido por la iglesia, y creo que, un poco por la presión de la mayoría, el pastor le ha permitido que entre en el grupo de músicos. Como tiene cierta fama de ser espiritual y como hace poco ha aprendido a tocar el piano, entonces el pastor no ha tenido más excusa que dejarlo participar. O al menos estas son las razones que Max entiende y chismosea.


El muchacho es todo un caso. Es respetuoso, responsable, un poco callado y algo serio. No tiene estilo para vestirse, habla como muy correcto siempre y en la iglesia se le conoce como el hermanito llorón, porque siempre que cuenta su testimonio u ora de rodillas en su banca al inicio, pero muy al inicio del culto, lo hace llorando. Ahorita no recuerdo bien su apellido pero se que se llama Jeremias. Este anciano en el cuerpo de un jovencito ora mientras toca el piano, y no se le conoce que tenga alguna novia o la este buscando, cosa que preocupa. Cuando se le pide que ore en público, lo hace de una manera muy extraña, pues se dirige a Dios como muy intenso, que de verdad genera risa o sueño. Es decir, es raro el muchacho. Reparte folletos, predica en los buses de regreso a su casa, no se mete en problemas. Habla raro, cita muchos versículos, es bien obediente y toca su piano, aunque no tan bien, pero si con visible pasión. Y si, siempre llorando. Es difícil describir a este joven pero el hermano Max Tibión lo detesta, pues su sola presencia atenta contra sus intenciones. Con decirte que la otra vez el líder del grupo confundió los nombres de ambos y le dijo: “Jeremias” a nuestro hermano consagrado Max Tibión, y este casi se le va a los golpes, porque a su comprender, le estaba calificando como aburrido, tonto y sin estilo, cuando el tiene todo lo contrario y demás.


Y pues, no es de sorpresa que el hermano Jeremias no esté enterado de nada de este odio e ira, pues el ora por todo el grupo. Pero otra cosa sucede en el interior de nuestro hermano Max. Porque cuando el quiere, al finalizar el culto, tocar sus canciones mundanas arriba en el pulpito aprovechando que aun los equipos están conectados, el hermano anciano en cuerpo de joven invita al grupo a orar. O cuando el aplica sus efectos rockeros o gritos de haeavy metal en algunas alabanzas y los otros músicos lo aplauden o se rien en aprobación, el hermano anciano en cuerpo de joven ni se ríe, ni sonríe, sino que agacha la cabeza y no dice nada. O cuando el esta en sus conciertos improvisados, alternando en tocar músicas cristianas y mundanas, rodeado de lindas chicas y siendo adulado y querido, el hermano anciano en cuerpo de joven lo interrumpe para decirle al oído que ha conseguido la aprobación del pastor para que el grupo de alabanza otra vez tenga su dia de oración. Aquí suceden dos cosas: primero el hermano Max le sonríe como respuesta pero maldice que otra vez este joven sin estilo incite a orar mas. Y segundo, las chicas se apartan del lugar sintiéndose culpables en su interior por lo que hacen ahí, puesto que la sola presencia de Jeremias provoca aquel sentimiento. Por lo que el plan de Max se derrumba y toda su atención se termina.


Sin embargo, el colmo de los colmos fue un día de campamento. Todos los jóvenes de la iglesia iban en el mismo bus. como siempre los pastores, los espirituales y los aburridos adelante, y toda la people rumbera, fiestera, joven y divertida atrás. Todo iba genial, el hermano Max Tibión traía su guitarra y ya cantaba con las chicas la recopilación de canciones que más le gustaban. Alguna hermana tratando de cooperar para que Timotea se siente junto con Max. Este contento por todo ese carrusel de emociones y pasiones juveniles, hasta que apareció, otra vez el hermano anciano en cuerpo de joven. ¿y que es lo que sugiere al público en general? Pues a cantar algunos coritos o alabanzas a Dios mientras que van de camino. Max estaba a punto de tirarle su guitarra en la cabeza para que se calle el aburrido, porque el ya venía cantando y enseñando sus canciones románticas mundanas a los ritmos de salsa caribeña, reggue, reguetón old school, rock, pop y etc. Hasta el pastor, que venia viendo su serie favorita en su celular de unos terroristas que se daban la gran vida en riquezas, orgias y poder, tuvo que apaciguar la cuestión y tambien sugerir que tal actividad cristiana se haría al llegar al lugar. Por lo que el anciano en cuerpo de joven se sentó obediente, aunque algo triste, a seguir leyendo su biblia. Y la people de atrás siguió con sus asuntos. Claro que el hermano Max Tibión quedo afectado, porque ya es una exageración que todo el tiempo se quiera ser cristiano. O sea, está bien, pero ya no mucho. Tambien puede haber sus músicas mundanas. Asi piensa y hace nuestro divertido, juvenil y versátil hermano consagrado Max Tibión.

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